sábado, 16 de junio de 2007

Día 4 - Plan de viaje

Sábado, pero no cualquier sábado. Aquí la gente trabaja igual, aunque los más "occidentalizados" –llamémosle morro– logran escaquearse.

Me levanto algo más tarde de lo normal, por lo que ya no tengo acceso ni al desayuno, ni al primer Tea Time. Por lo demás, todo igual: Trabajar con los cada vez más normales problemas de red y espacio de disco.

En el Tea Time posterior a la comida, oigo que en la mesa de al lado se comenta algo de ir a visitar no sé qué templo a no sé qué lugar. Al final, Stéphane y yo decidimos acoplarnos a la expedición: Coger un autocar esa misma noche y llegar a las cuatro de la mañana a Shirdi –ciudad en el mismo estado de Maharashtra–, y visitar así el templo de Sai Baba, uno de los 330 millones de dioses hindúes.


Pareja militar
Voy un segundo al laboratorio con la cámara en la mano y uno de los dos militares del gobierno encargados de la seguridad del centro que, en ese momento, aguardaban en la entrada, me dice: "One minute, sir, one minute." No entiendo nada. Veo que desaparecen uno detrás del mostrador y el otro en dirección al baño. Instantes más tarde, reaparecen el uno calzado y el segundo ligeramente más repeinado y con la gorra bien puesta: En efecto, querían un retrato; aunque al final tuvieron seis ;)
– Want to see you? –les pregunto enseñándoles cámara
Theenk-yuu, sir, theenk-yuu.

Sin embargo, después del snack deciden informarse en una agencia de viajes no muy lejana al campus, cogiendo Aundh Road a la derecha, donde unos metros antes de llegar, siempre pegado a la carretera, un cerro de cabras me llama la atención…

Al salir de la agencia, veo un puesto en el que parecen venderse conejos… que resultan ser las mismas cabras de hace quince minutos. Poco después de cenar, cogemos dos de los ya familiares auto rickshaws con dirección la estación de autobuses.

Son las 22.30, no hay letreros en inglés, únicamente en hindi. Decenas de personas, de todas las edades, solitarias, en pareja o familias tumbadas de cualquier forma y por doquier, encima de mantas, alfombras o cartones, todo ello dispuesto, sin ningún tipo de orden, en el mismo suelo de la estación.

El bus está lleno, por lo que optamos esperar al siguiente, de las 23.30. Otro choque cultural es la reacción de la gente al asomarse al arcén el morro de un autocar. La gente sale disparada, cual estampida, para no quedarse sin sitio: Se trata de la regla del FCFS (First Come, First Served).

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