Anoche hicimos una cena en la cocina del «hostel» —donde vivo—, en la que Stef y yo nos encargábamos de los entrantes y Nipanjama, una chica de 22 años, del plato principal. No obstante había un ligero problema: Nipan no ha cocinado en su vida.
Todo esto surgió la noche anterior, en la última cena con Sagar, antes de que se vuelva a Mumbai. Les preparamos una cenita y Nipan se vio con ganas de cocinar «o por lo menos intentarlo» decía.
Al final fuimos nueve comensales, chupándose los dedos el suelo de la cocina. Nos congratuló con un delicioso pollo con masala y no sé qué especias más. La cuestión es que estaba bastante rico y, quedó demostrado, que no hacía falta saber cocinar para preparar y, posteriormente, degustar un rico plato indio. Me quedaré con la receta antes de que se vaya :)
Tenemos chófer
Sin embargo, esta noche, hemos decidido, Stef y yo, ir a "La Pizzeria", un restaurante italiano en Bund Garden Rd., cerca de la estación central de tren. Saliendo del NCRA, comienza a llover y paramos a un auto rickshaw que nos pide 200 Rs. por llevarnos. «¡Ni de coña!», le grito a Stéphane. Paramos un segundo y después de decirle el nombre de la calle, arranca negando con la cabeza.
Decidimos cruzar la calle y empezar andar hasta llegar a la parada de rickshaws más cercana, cuando se nos para uno y nos pide 100 Rs. hasta nuestro destino. Aceptamos la oferta y nos subimos. Comenzamos a hablar y al poco nos interrumpe preguntándonos si queremos que nos lleve de vuelta. Es más, nos da su número de teléfono y nos pide que le llamemos a la hora que sea y pasa así a recogernos dondequiera que sea. «Encantado, Nitin.»
Una vez en el restaurante, pedimos la mesa que habíamos reservado a mi nombre y comenzamos a ponernos las botas, el punto en que, al terminar, casi no podíamos ni andar y Stef tuvo que hacer una pequeña parada en el baño por cuestiones de mareo. Si es que hemos perdido la costumbre de ingerir tales cantidades de comida mediterránea…
Todo esto surgió la noche anterior, en la última cena con Sagar, antes de que se vuelva a Mumbai. Les preparamos una cenita y Nipan se vio con ganas de cocinar «o por lo menos intentarlo» decía.
Al final fuimos nueve comensales, chupándose los dedos el suelo de la cocina. Nos congratuló con un delicioso pollo con masala y no sé qué especias más. La cuestión es que estaba bastante rico y, quedó demostrado, que no hacía falta saber cocinar para preparar y, posteriormente, degustar un rico plato indio. Me quedaré con la receta antes de que se vaya :)
Tenemos chófer
Sin embargo, esta noche, hemos decidido, Stef y yo, ir a "La Pizzeria", un restaurante italiano en Bund Garden Rd., cerca de la estación central de tren. Saliendo del NCRA, comienza a llover y paramos a un auto rickshaw que nos pide 200 Rs. por llevarnos. «¡Ni de coña!», le grito a Stéphane. Paramos un segundo y después de decirle el nombre de la calle, arranca negando con la cabeza.
Decidimos cruzar la calle y empezar andar hasta llegar a la parada de rickshaws más cercana, cuando se nos para uno y nos pide 100 Rs. hasta nuestro destino. Aceptamos la oferta y nos subimos. Comenzamos a hablar y al poco nos interrumpe preguntándonos si queremos que nos lleve de vuelta. Es más, nos da su número de teléfono y nos pide que le llamemos a la hora que sea y pasa así a recogernos dondequiera que sea. «Encantado, Nitin.»
Una vez en el restaurante, pedimos la mesa que habíamos reservado a mi nombre y comenzamos a ponernos las botas, el punto en que, al terminar, casi no podíamos ni andar y Stef tuvo que hacer una pequeña parada en el baño por cuestiones de mareo. Si es que hemos perdido la costumbre de ingerir tales cantidades de comida mediterránea…
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