lunes, 23 de julio de 2007

Día 40 - Vuelta a Pune

Tren a Bangalore

El auto rickshaw acordado con Abdul unas horas antes, pasó a recogerme por delante de la habitación a las tres de la mañana y me llevó hasta la estación de trenes de Anantapur. Había gente tumbada en los andenes y el suelo de la estación, otros sentados en los bancos y otros paseando inquietos de arriba abajo de los andenes.

Mi billete de tren es una reserva, por lo que no está confirmado. Me acerco a una oficina y me manda a un despacho. Ahí me confirman todo lo relacionado con el trayecto: Tren número 8463, Sleeper Class, vagón S10, cama 72.

Me siento en un banco y aparece un hombre preguntándome mi destino. Me pide el billete y comenta que el tren llegará con media hora de retraso. Resulta que es el jefe de la estación y termina pidiéndome que le acompañe a su despacho. Allí hablamos durante algo más de media hora. Hablamos lo que pudimos o, mejor dicho, lo que el sueño le permitió, pues pudo pasarse, fácilmente, diez minutos sobando, con la cabeza yéndole de arriba abajo. Al final, el tren aparece a las 5h15 en lugar de a las 4h15, pero por fin entro en mi vagón y me tumbo en mi cama.

La noche, o lo poco que quedaba de ella, se me hizo un pelín pesada, aunque el viaje en sí bastante ameno. Iba dando cabezadas de 45min-1h cada una, constantemente interrumpidas por los servidores de té con sus insaciables idas y venidas preguntando, siempre con monotonía, quién quería té: «Chai, chai… Chai, chai

Ya ha amanecido, me asomo a la puerta del vagón y veo un grupo considerable de sarees, que resultan ser hombres; bueno, travestidos, mejor dicho. Ya me habían hablado de los travelos de los trenes de la India y ciudades importantes tipo Delhi, Agra o Mumbai. Siempre en grupo, siempre pidiendo dinero precedido por dos palmadas. Afortunadamente, no hubo ningún percance y me libre de momentos incómodos. Ahora, eso sí, la gente de los trenes se comportaba de todas las posibles maneras: unos se reían, otros les ignoraban, otros parecían bastante mosqueados…

Bangalore

Llegamos a Bangalore a las 10h15 y de allí cogí un auto rickshaw de prepago hasta el aeropuerto, situado a 12km de la estación en la que me bajé. No recuerdo el nombre, pero era previa a la de Bangalore City.

El avión no sale hasta las 15h10, por lo que toca hacer tiempo… Y de cualquier manera. Empiezo a leer y veo a tres chicas blancas. Me doy cuenta de que hablan castellano, por lo que finalmente decido acercarme a ellas. Son de Vigo y han venido a visitar a una amiga suya que está viviendo en Bangalore. Acaban de llegar de Hampi, no muy lejos de Anantapur, aunque en Karnataka, donde, casualmente, conocieron a Gustavo, Anne y Marta, voluntario y visitantes de la FVF, paseando por el pueblo. Ahora cogían un vuelo a Delhi y de allí se iban a pasar varias semanas al Himalaya. ¡Olé! Y qué envidia…

Al pasar los controles de seguridad, distingo a un matrimonio francés de entre el resto, con una niña de tres o cuatro años y un bebé de a penas uno, y se dirigen hacia el paradisíaco —y turístico— Goa.

El vuelo sale puntual y llego a Pune a las 16h30, donde me espera Nitin con su rickshaw y me deja en el NCRA. Allí me encuentro con Stef, que llegó por la mañana de Pondicherry.

Después de pasar toda la tarde charlando y contándonos el uno al otro nuestras aventuras y desventuras, optamos por salir a cenar. ¡Y qué mejor que un buen entrecot! :D

1 comentario:

Unknown dijo...

Sigues su viaje tras India. Muy interesante. Hablando de entrecot, me he comido unos 250g de steak el otro dia con gentes del labo. El steak del Japon es muy delicioso! Verdad!