miércoles, 11 de julio de 2007

Día 28 – «Photo, photo»

Me llegan a decir hace un mes, e incluso hace unos días, que en la India iba a estar comiendo gambas a la plancha y el ataque de risa hubiera sido tal, que probablemente hubiera necesitado varios minutos para recomponerme.

Por primera vez en varios días, el sol se ha dejado ver más de cinco segundos seguidos. Es más, lo hemos tenido encima de nuestras cabezas durante buena parte de la tarde. E ignoro si era éste el motivo de que la gente estuviera especialmente amable y contenta.

Aundh Rd.

Pescado y marisco
Pescado y marisco
Como cada tarde desde hace ya algo más de diez días, hemos ido a comprar a Aundh Rd., aunque no sabíamos qué cenar y, por lo tanto, el objeto de nuestras compras. «Ya decidiremos», le dije a Stéphane mientras salíamos del NCRA. Y, al llegar a nuestra zona preferida, el primer puesto de pescado y marisco —una de las "pescaderías" de aquí— estaba a rebosar, tanto de producto como de clientes, por lo que decidimos acercarnos y ver qué tenían. Ni un minuto nos ha hecho falta para comprar medio kilo de gambas y cuatro lenguados.

Pesando tomates
Pesando tomates
Poco después, hemos parado en nuestra "verdulería" favorita o, simplemente, "nuestra" verdulería, y el dueño —normalmente nos atiende su mujer, que esta vez atendía a otra mujer— nos ha recibido con una sonrisa de oreja a oreja.
«1kg of tomatoes, please»
«1kf of tomatoes»
Al pedirle unos tomates, no nos ha ofrecido los que tenía delante, sino unos que tenía guardados en la "trastienda" —por llamarlo de alguna manera, pues la tienda es al aire libre, lo que la separa de la trastienda es una tela, …— de un color rojo zafiro espectacular. Mientras nos los pesaba y guardaba, junto a un kilo de patatas y medio de cacahuetes, nos contaba que trabajó más de cuarenta años de policía y llevaba cuatro jubilado.
Nuestra verdulera
Nuestra verdulera, siempre sonriente
Sus tres hijos son también policías. Le preguntamos cuál era su nombre, y juro que incluso logré repetirlo, pero a los diez segundos se me había olvidado por completo —tendré que pedirle que me lo escriba—. Me pidió que le sacara alguna foto y antes de irnos, su mujer me pidió amablemente si podía sacarle otra. El favor me lo estaban haciendo a mí.

¿Y esto?»
«¿Y esto?»
Al despedirnos y seguir dirección al puesto de cocos, otro joven me pidió otra foto: él, posando sonriente, sentado junto a las jaulas repletas de gallinas. Por fin llegamos a los cocos, donde Stef se tomó su ración diaria y dimos media vuelta parando en un puesto para comprar cilantro, cuando un niño se me acercó contemplando el objetivo de la cámara. Probablemente no hubiera visto nunca una así o, al menos, de tan cerca. Le saqué una foto sin que viera que se la sacaba y se la enseñé: Se le escapó la risa y, alucinado, salió corriendo hacia atrás.
Foto de familia :D
Retrato de los varones de una familia
Se lo contó a un grupo que parecían ser los varones de su familia, pues había fácil tres generaciones. Me pidieron que le sacara otra foto y les propuse una foto de todos ellos, sonrientes. Estaba feliz de ver a tanta gente sonreír. Se la enseñé y agradecidísimos. Y eso que solamente les había sacado una "simple" foto. «Come tomorrow», me decía uno de ellos al despedirme, a lo que le contesté: «Like everyday!»

Ya con el cilantro entre las bolsas paramos en una vinoteca, compramos un par de botellas de vino blanco de la región y, poco después, harina. Ahora sí que estábamos listos para la cena de esta noche: Pa amb tomàquet, patatas fritas, cacahuetes fritos, gambas a la plancha y lenguado rebozado, todo ello acompañado de una fresca botella de vino blanco.

«¡Hmm…!»

Y ahora, si me perdonáis, estoy cansadísimo y acalorado, así que me voy dormir la mona un rato: Shubh raatri ;D

No hay comentarios: